El corazón dice eternidad y la mente interpreta permanencia. Ahí es donde te pierdes el sentido. El deseo del corazón es de una dimensión vertical; esa es la dimensión de la meditación. La mente vive horizontalmente, por eso los místicos de todos los tiempos se han percatado del hecho de que mente y tiempo no son dos cosas diferentes: la mente es el tiempo. La mente no puede vivir verticalmente, la mente vive en el pasado, en el futuro. Para la mente el presente es no existencial. Desde el pasado hacia el futuro la mente sigue moviéndose. El presente parece ser solamente un pasaje del pasado al futuro.....la mente está soñando. Siempre está rodeada por el pasado y el futuro, y el momento pequeño, atómico del presente se va rápido.
La dimensión de lo vertical es un fenómeno totalmente diferente: saltas fuera de la mente. Eso es de lo que se trata la meditación: te sales de la mente, te sales del pasado y el futuro, te sales del tiempo. Ya no estás más pensando, ya no estás más soñando, ya no estás más deseando. No hay memoria, no hay imaginación. Todo es silencioso.
Entonces puedes ver el presente, y puedes ver que hay solamente presente y nada más. Y que el presente es eterno.
Osho, Desiderata, Guía espiritual
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